No digas nada, sólo abrázame
Permite por un instante que nuestros espacios coincidan
Acoge mi angustia, recoge mis miedos, arrópame, envuélveme
No preguntes, sólo abrázame
Sostén mi tristeza en lo que dura nuestro encuentro
Mi cuerpo y mi espíritu están confundidos, desordenados
Mi rostro ha cambiado, me lo dijo el espejo.
El blanco se ha mezclado con lo negro
Todo se ha tornado espeso, amargo, delirante
Desde este rincón que ocupa mi cuerpo adolorido,
En silencio te pido que me abraces
Que tus brazos sean el cerco de mi desconsuelo
Y el tiempo ceda un momento su contienda
Para tener un instante de sosiego
Y penetre en mí un rayo de esperanza
Por favor abrázame, no digas nada…
* Beatriz Garcilita
martes, 3 de febrero de 2009
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