Recién salía del cáncer pasados solo algunos meses sufrí el proceso de separación y divorcio de mi esposo. Pasé algunos meses muy triste e inclusive deprimida, no me podía concentrar y en general mi autoestima estaba muy baja. Me veía con poco pelo, la piel aún amarilla, y con las cicatriz de la biopsia atravesando la mitad de mi pecho. Me veía en el espejo y no me gustaba... si siempre me había gustado tanto ahora como era posible que me viera fea.
Estoy segura que muchos de ustedes han pasado por lo mismo, cicatrices, algunas mutilaciones, su cuerpo débil y desgastado. Pero, es increíble el poder de la sanación y como se ve uno a si mismo.
Al principio me daba mucha pena usar blusas de tirantes, porque se me veía el catater y su cicatriz así como la cicatriz de la biopsia. Sentía que todo mundo me miraba, que se veía horrible. En realidad me di cuenta que yo tenía mucho miedo de que me preguntaran que eran esas cicatrices porque me dolía platicar del tema, y además uno no tiene porque platicarle todo a alguien con quien no quiere compartir.
Un día por más que me tapaba (y se notaba que quería ocultar mis cicatrices) una amiga que tuvo leucemia me dijo que no me tapara, que las cicatrices son sexys porque cuentan una historia. Esa frase me cambio, tenía toda la razón, yo tenía una historia interesante, era una mujer interesante y sexy.
También pensé un día que yo siempre había sido hermosa, y que si un día un hombre había dejado de quererme no significaba que nadie más me fuera a querer y yo era la primera que debía de admirar lo linda que soy. Así que, decidí darme una ayudadita, me inscribí en un curso de auto-maquillaje que resulto ser maravilloso. Los sábados que salía de ese curso salía transformada y recordé que es cuestión de arreglarse un poquito y sacar la belleza a pasear. También aprendí en ese curso como tapar cicatrices con truquitos de maquillaje, al principio me dieron mucha seguridad y empecé a usarlos. Hoy ya no los necesito, los uso muy rara vez, ya no me acuerdo mucho de la cicatriz porque definitivamente es muy sexy.
Estoy segura que muchos de ustedes han pasado por lo mismo, cicatrices, algunas mutilaciones, su cuerpo débil y desgastado. Pero, es increíble el poder de la sanación y como se ve uno a si mismo.
Al principio me daba mucha pena usar blusas de tirantes, porque se me veía el catater y su cicatriz así como la cicatriz de la biopsia. Sentía que todo mundo me miraba, que se veía horrible. En realidad me di cuenta que yo tenía mucho miedo de que me preguntaran que eran esas cicatrices porque me dolía platicar del tema, y además uno no tiene porque platicarle todo a alguien con quien no quiere compartir.
Un día por más que me tapaba (y se notaba que quería ocultar mis cicatrices) una amiga que tuvo leucemia me dijo que no me tapara, que las cicatrices son sexys porque cuentan una historia. Esa frase me cambio, tenía toda la razón, yo tenía una historia interesante, era una mujer interesante y sexy.
También pensé un día que yo siempre había sido hermosa, y que si un día un hombre había dejado de quererme no significaba que nadie más me fuera a querer y yo era la primera que debía de admirar lo linda que soy. Así que, decidí darme una ayudadita, me inscribí en un curso de auto-maquillaje que resulto ser maravilloso. Los sábados que salía de ese curso salía transformada y recordé que es cuestión de arreglarse un poquito y sacar la belleza a pasear. También aprendí en ese curso como tapar cicatrices con truquitos de maquillaje, al principio me dieron mucha seguridad y empecé a usarlos. Hoy ya no los necesito, los uso muy rara vez, ya no me acuerdo mucho de la cicatriz porque definitivamente es muy sexy.